La enfermedad de Párkinson afecta al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos.
Una enfermedad neurodegenerativa, de progreso lento e invalidante, tanto física, como cognitiva y social.
La fisioterapia puede resultar de gran ayuda para mejorar la movilidad y el estado físico de las personas que sufren esta enfermedad, pues favorece la movilidad, facilita la actividad de las rutinas diarias, la independencia, la integración, la autonomía y el bienestar emocional.
De hecho, son múltiples los beneficios. Pero, ¿sabemos cuáles son los tratamientos fisioterapéuticos recomendados para el Párkinson?
Por un lado, tenemos los masajes. Como hemos dicho, disminuye la rigidez y la tensión muscular.
Así como mejora la circulación sanguínea y la atrofia muscular. Lo cual conseguirá mejorar algo muy frecuente en los pacientes de esta enfermedad: los edemas y la inflamación.
Por otro lado, encontramos la cinesiterapia, también conocida como terapia del movimiento. La misma aumenta la flexibilidad y la plasticidad de los músculos, así como a su vez previene modificaciones que podrían causar deformidades.
Dicha técnica consiste en realizar ejercicios lentos, que se llevan a cabo de forma progresiva y rítmica a diario, todo ello bajo la supervisión de un profesional.
Otra técnica muy recomendada para la rehabilitación en marcha es la hidroterapia. Consiste en baños a una temperatura de entre 37ºC y 38ºC.
De esta forma se consigue un efecto relajante de la musculatura y la mente.
Además, dentro del agua es muy fácil realizar giros de tronco y movimientos de extremidades, entre otros ejercicios.
Y es que, a pesar de que son enfermedades cuya cura no existe, podemos conseguir una mejora en la calidad de vida del enfermo, mejorando su bienestar físico, mental y emocional.